¿QUÉ ES NEOLIBERALISMO?

MIlton Fridman

Por Alberto Mansueti, Fundador del Centro de Liberalismo Clásico.
Extracto del libro La Salida, editado y publicado por el Instituto de Libre Empresa – 2004

Neoliberalismo y Liberalismo

Depende, ¿qué se considera “neoliberal”? ¿Las “reformas” de los ’90? Eso no es liberalismo, no tiene nada que ver. Lo que las izquierdas de todo el mundo llaman “neoliberalismo” -de modo entre acusador y despectivo-, en realidad es seudoliberalismo, estatismo disfrazado, o continuación del estatismo por otros medios. “Neoestatismo”.

Conviene comenzar por deslindar nítidamente liberalismo y “neo”. Liberalismo es lo contrario a estatismo.

— Estatismo es el desborde del Estado sobre las esferas privadas, y consecuente control del Gobierno sobre toda actividad. Viene en tres modalidades: mercantilista, socialista y “neoliberal”. La tercera es la que más se aplica, sobre todo desde los ’90.

— Liberalismo es el respeto a la libertad individual, y en consecuencia la estricta separación de lo público y lo privado. Se traduce en tres principios: Gobiernos limitados, mercados libres e instituciones privadas separadas del Estado. Y no se aplica!, desafortunadamente.

neoliberalismo y liberalismo características

Liberalismo económico y político; democracia y Estado de Derecho

En los pasados ’90, los Gobiernos -llamados (por sus adversarios) “neoliberales”-, acabaron por lo general con dos de las manifestaciones más tradicionales, groseras y evidentes del estatismo: inflación y empresas estatales. Pero en lugar de la inflación, no decretaron Gobiernos limitados -y austeros-, sino enormes impuestos para pagar sus enormes gastos; y en lugar de las empresas estatales, no decretaron mercados libres -desregulación-, sino que nos metieron monopolios privados y agencias “reguladoras”. Y en vez de aranceles, pusieron derechos “antidumping”. Y salvo estos pocos cambios, en todo lo demás, el estatismo quedó más o menos como estaba: el Estado siguió como maestro y profesor, médico, mecenas cultural, deportivo y científico; y por supuesto, ductor y “promotor” de actividades económicas. No hubo seria reforma del Estado, con recorte de funciones estatales; y por consiguiente, de poderes y recursos. Por ello el estatismo sigue, algo más modernizado y sofisticado. Pero ahora es etiquetado “neoliberalismo” -injustamente, porque de liberal no tiene nada-, lo cual origina mucha confusión. Con el mal llamado neoliberalismo, el estatismo cambió nada más en los medios o instrumentos empleados; en su manera de financiarse, y en su forma de intervenir en la economía y las finanzas. Por eso las reformas de los ’90 fueron en realidad neo estatistas antes que neo liberales

Tres opciones liberales para nuestro futuro …

¿Cómo será nuestro mañana?

Los peruanos sólo tenemos tres opciones:

— Seguimos como vamos: el status quo más o menos “neoliberal”;

— Retrocedemos a la variante primitiva del estatismo: la salida hacia el pasado populista y estatista tradicional -sea mercantilista o socialista-;

— Avanzamos con el liberalismo de verdad: Gobiernos limitados y mercados libres. La salida hacia el futuro.

liberalismo no es neoliberalista

… El futuro de Ud., mío y de todos los peruanos

¿Por qué precisamente YO (lector, lectora) debo interesarme en el verdadero liberalismo?

Como vencer el neoliberalismo

— Porque los ingresos de cada uno de nosotros -incluyendo los tuyos-, dependen de la situación económica general, y no sólo de lo que tú y cada quien podamos hacer o no individualmente.

— Y porque el comportamiento de la economía -bueno o malo- depende de la calidad de las leyes. El crónicamente pobre desempeño de la economía peruana se debe a la defectuosa legislación.

— Y a su turno las leyes dependen del clima político reinante en el país: en el Gabinete, los partidos, y muy especialmente en el Congreso, encargado de hacer (o deshacer) las leyes. Sin leyes buenas no tendremos economía sana.

— Y a su vez, en una democracia el clima político depende del clima ideológico: las ideas predominantes en la opinión pública. Porque los líderes, grupos y sectores políticos son seguidores demasiado obedientes de la multitud. Hasta que la opinión predominante en la masa del pueblo no cambie, no tendremos cambio político.

Y si la cultura de izquierdas termina por imponerse otra vez en el Perú -como en los años ’70 y ‘80-, poca esperanza cabe. El mañana del Perú será como el hoy de Venezuela, Ecuador o Argentina: más populismo e izquierdas en el poder. Si no queremos que ocurra, hay una sola salida: reformas verdaderas de mercado libre, y completas. Porque de otro modo, fracasan. Y las frustraciones y descontentos impulsan a equivocaciones a los pueblos, cuando no han aprendido a votar.

La pregunta crítica es: los conceptos, juicios y valores socialmente predominantes en el Perú -más allá de cierta retórica “mercadista” muy a la moda-, ¿van a favor o en contra de la productividad, la creación de riqueza, las inversiones privadas y las empresas e instituciones plenamente libres? Y si se mencionan estos conceptos, ¿es liberalismo real, o es sólo lenguaje retórico …? No confundir: mucho político populista y socialista “reciclado” usa palabras aparentemente muy “liberales”: globalización, eficiencia, competencia, y apertura, pero alterando a su conveniencia los significados de estos conceptos. (Hoy el colectivismo ya no habla como antes -de proletariado, plusvalía o materialismo dialéctico e histórico-; ha cambiado, pero sigue siendo piso filosófico del estatismo. Y los liberales no podemos combatir el estatismo de hace 20 o 30 años, porque es el mismo en esencia, mas no así en sus modalidades y formas.)

Necesitamos reformas de libre mercado de verdad. Y para ello, profundizar y extender las ideas de libre mercado. No hay otra salida para el Perú. Y tampoco para los otros países latinoamericanos, muy parecidos todos en sus problemas

Axel Kaiser, explica el origen del término “neoliberalismo”, que muchas veces ha sido representado como algo malo, como una especie de fantasma etéreo.

 

 

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